Un estudio detectó que es más probable que la gente regrese una cartera perdida si ésta contiene dinero; los mexicanos fuimos los únicos que actuamos distinto.
Qué pena: En un estudio riguroso para medir la honestidad y realizado en 355 ciudades de 40 países, los mexicanos resultamos ser los que más nos dejamos llevar por el egoísmo y a los que menos nos importa considerarnos ladrones.
El experimento, publicado esta semana en la revista Science, consistió en medir qué tanto las personas regresaban carteras perdidas, y ver si había una diferencia si éstas tenían dinero o no. En contra de lo que predeciría la teoría económica tradicional, la cual supone que la gente actúa por interés propio, los investigadores encontraron que se regresan más las carteras cuando éstas contienen dinero…
Bueno, con la excepción notable de los mexicanos, quienes preferimos quedarnos con la cartera cuando tiene dinero.
Aunque cabe aclarar que los mexicanos no fuimos los que devolvimos menos carteras; en ese sentido, quedamos arriba de nueve países. Hasta abajo en la lista quedaron China, Marruecos y Perú (en este último país, también se quedaron más con la cartera cuando tenía dinero, pero la diferencia no fue significativa).
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De manera bastante esperable, los primeros lugares en honestidad correspondieron a países del norte de Europa. En orden: Suiza, Noruega, Holanda, Dinamarca y Suecia. Pero si las carteras tenían dinero, el orden es distinto: Dinamarca, Suecia, Nueva Zelanda, Suiza y Noruega (en Japón, cuyos pobladores son famosos por su honestidad y sentido del honor, no se hizo el experimento).
La verdadera sorpresa
Si bien, en una encuesta hecha por los mismos investigadores, ni los expertos ni la gente común pudo predecir que se regresarían más las carteras con dinero, la verdadera sorpresa del estudio fue otra.
En tres países (Polonia, Reino Unido y Estados Unidos) se midió el retorno de las carteras sin dinero, con el equivalente por país a 13.45 dólares (este fue el estándar en los 40 países) y con mucho dinero, 94.15 dólares. La predicción era que tanto dinero resultaría demasiado tentador y esas carteras no serían regresadas.
Pero resultó todo lo contrario: el porcentaje de regreso fue mucho mayor. De manera muy notable, en Estados Unidos y Reino Unido, el porcentaje de retorno sin dinero fue de menos de 40 por ciento, pero con mucho dinero subió a poco más de 60% en el primero de esos países y hasta 70% en el segundo.
¿Qué dice esto de los mexicanos?
El diseño del experimento, que incluía entrevistas posteriores con algunos de los que regresaron las carteras, permitió a los investigadores distinguir los motivos del comportamiento honesto, y este no fue tanto una consideración moral sobre lo que es correcto y lo que no.
La gente regresó las carteras con dinero por dos motivos: por un lado, el altruismo, hacer un pequeño esfuerzo para que quien hubiera perdido la cartera recuperara su dinero; por otro y de manera principal, por una preocupación por su imagen personal, es decir, para no verse a sí mismos como unos ladrones.
En conferencia de prensa, los investigadores no quisieron especular sobre los motivos que pudimos tener mexicanos y peruanos para ir en contra de la tendencia general observada en los otros 38 países; prefirieron decir que estas excepciones no contradecían su conclusión general: que la gente es más honesta y menos egoístas de lo que pensábamos.
De hecho, apegados a la verdad, dijeron que sus resultados en México y Perú no fueron estadísticamente significativos, es decir, no pueden afirmar que hubiera una diferencia real entre la cantidad de gente que regresó la cartera con dinero o sin dinero.
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Cabe agregar que esta búsqueda en 355 ciudades de 40 países se inició por un experimento sencillo para una tesis en Finlandia donde esperaban, como economistas tradicionales que creen que la gente actúa sobre todo por interés propio, que la gente regresaría menos las carteras cuando tenían dinero que cuando no.
“Para nuestra sorpresa, observamos el efecto opuesto. La gente estaba más dispuesta a regresar la cartera mientras más dinero tuviera. Al principio no creímos en estos resultados y le pedimos (al tesista) que aumentara la cantidad de dinero… pero otra vez encontramos el mismo desconcertante resultado”, dijo Michel Marechal, uno de los autores del estudio, en conferencia de prensa.
Esto hace que reconsideremos la crítica: Para que la diferencia observada entre la cantidad de gente que regresó la cartera con dinero y la que no lo hizo resultara significativa, era necesario tener una diferencia considerable entre ambos números o un tamaño de muestra suficientemente grande; es decir, un buen número de carteras regresadas.
En 19 de los 40 países estas condiciones se dieron. En México, no. A los mexicanos, supongo, nos toca averiguar por qué somos una excepción a esta regla.