Un nuevo estudio afirma que la flexibilización de las leyes ambientales en Brasil infringiría un profundo daño al ecosistema amazónico, e incluso que la Amazonía brasileña se podría convertir en una sabana
Rodrigo de Oliveira Andrade / SciDev.Net
Al flexibilizar el cumplimiento de las leyes ambientales, el nuevo gobierno de Brasil desencadenaría una dramática pérdida de biodiversidad en la Amazonía, que intensificaría los periodos de sequía y aumentaría el riesgo de cambios irreversibles en su ecosistema, según un nuevo estudio.
La advertencia se basa en una amplia revisión de datos científicos actualizados sobre la selva tropical más grande del mundo e ilustra sobre los riesgos asociados a la agenda hostil al medio ambiente del presidente electo Jair Bolsonaro, de tendencia ultraconservadora.
La posición de Bolsonaro sobre la ciencia y el medio ambiente preocupa a la comunidad científica mundial porque tiende a promover el desarrollo industrial a cualquier costo y en ocasiones ha amenazado seguir los ideales del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Durante su campaña electoral, Bolsonaro no ocultó su deseo de abrir las tierras indígenas a la minería, agricultura y construcción de represas, aunque estas ocupan el 13% del territorio brasileño y son áreas forestales protegidas por ley.
Ahora, el estudio publicado en Frontiers in Earth Science presenta un amplio conjunto de datos científicos sobre las posibles consecuencias del menosprecio de Bolsonaro por el medio ambiente.
“Los efectos combinados de sequía y deforestación, aunado a los incendios forestales, pueden ampliar los impactos y potencialmente causar el colapso de la selva tropical”, explicó José Marengo, uno de los autores del estudio.
Climatólogo del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta Temprana de Desastres Naturales, Marengo afirma que en años recientes diversos estudios comenzaron a llamar la atención sobre los límites de la deforestación, en el sentido de que sobrepasado un cierto umbral la selva tropical podría no ser capaz de mantener su clima y su ecosistema podría colapsar.
“El gobierno de Bolsonaro está siendo bastante irresponsable al sacar adelante una agenda hostil al medio ambiente cuando ya tenemos una masa sustancial de evidencia científica que indica que se podría destruir la selva tropical amazónica”, señaló Luiz Antonio Martinell, investigador de la Universidad de São Paulo
Uno de esos estudios, publicado a inicios del año pasado en la revista Science Advances, alertó que ese umbral podría incluso ser tan bajo como 25% de deforestación, por encima del cual la selva amazónica podría dejar de funcionar.
“La deforestación ya ha llegado al 20% en la región amazónica”, afirma Marengo. “Si se cruza este punto de inflexión, una parte del bosque podría convertirse en sabana, lo que potencialmente tendría impactos de gran escala sobre el clima, la biodiversidad y la gente que vive allí”.
Los cambios climáticos en la Amazonía
Eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, cambios en las estaciones lluviosas y secas, y el mayor riesgo de incendios son ejemplos de lo que podría suceder en la región amazónica si se cruza este punto de inflexión, señala.
Los científicos consideran que el bosque amazónico está en grave riesgo debido principalmente a la ampliación de la frontera agrícola, lo que ha dado lugar a una deforestación generalizada, una de las principales causas que impulsan el cambio climático en la región.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Periodistas unen fuerzas para cazar el cambio climático
Brasil tiene las tasas más altas de pérdida de bosques entre todos los países amazónicos, debido esencialmente a la ganadería y la producción de soya, según la Red de Información Socioambiental Georreferenciada de la Amazonía. Estas tasas podrían incluso ampliarse si Bolsonaro aplica su agenda antiambiental que, entre otras cosas, permitiría que áreas remotas y vulnerables de la Amazonía pierdan su protección legal y sean utilizadas por agronegocios.
Paralelamente, los investigadores han recogido algunas evidencias del alargamiento de la estación seca en la región sur de la Amazonía, lo que podría aumentar el riesgo de incendios y cambiar el régimen de lluvias sobre el Caribe y la región norte de Sudamérica, según un estudio publicado en Climate Dynamics.
Esto sería especialmente perjudicial para la selva amazónica porque los impactos de la deforestación son mayores bajo sequía, advierten los científicos. Eso porque los incendios causados para despejar la foresta pueden salirse de control, quemando grandes áreas intactas y bosques previamente talados y en proceso de recuperación.