La contaminación del aire en la Ciudad de México puede estar asociada con el desarrollo de Alzheimer en niños y adultos jóvenes. Un nuevo estudio sugiere una relación entre contaminantes como las partículas finas y el ozono, con esta enfermedad.
La Ciudad de México es un ejemplo de crecimiento urbano extremo y de grave contaminación ambiental. Millones de niños están expuestos involuntariamente todos los días a concentraciones nocivas de partículas finas (de tamaño menor a los 2.5 micrómetros llamadas PM 2.5) cuya cantidad supera los estándares actuales de salud y que podrían tener relación con el desarrollo de Alzheimer.
Investigadores de la Universidad de Montana, Valle de México, Boise State, Universidad Veracruzana, Instituto Nacional de Pediatría, el Instituto Paul-Flechsig para la Investigación del Cerebro y la empresa alemana Analytik Jena realizaron un nuevo estudio sobre la evolución y la patología del Alzheimer observada en jóvenes de la Ciudad de México. Estos hallazgos fueron publicados en el Journal of Alzheimer’s Disease.
El estudio se centró en analizar 507 muestras normales de LCR de niños, adolescentes y adultos jóvenes de la Ciudad de México, para compararlos con otras tomadas en ciudades de control con bajos niveles de contaminantes del aire.
Los investigadores encontraron una forma de medir de forma indirecta, a través de la acumulación de una proteína llamada Tau, el daño que se produce en las neuronas, concretamente en las prolongaciones llamadas axones, principal causa del Alzheimer.
Además, observaron directamente, a través de microscopía electrónica de transmisión, los daños en los axones en seis jóvenes, de los cuales cuatro eran residentes de la Ciudad de México, y los dos restantes eran de ciudades control.
El estudio demostró que la Tau tuvo un aumento significativamente más rápido entre los residentes de la Ciudad de México que con los de control. Además, con la microscopía, vieron una disminución importante en el tamaño axonal promedio y daños en los organelos celulares patologías de orgánulos entre los capitalinos que se sometieron el estudio.
Esto es un hallazgo importante, ya que los cambios axonales y los signos distintivos de Alzheimer evolucionan constantemente durante las primeras dos décadas de vida.
MALA CALIDAD DE AIRE Y ALZHEIMER
Los doctores Lilian Calderón-Garcidueñas y Lachmann comentaron que la contaminación es un problema grave de salud pública y que la mala calidad del aire sobre los estándares actuales se ha relacionado con la neuroinflamación y el alto riesgo de sufrir Alzheimer.
Otro estudio, conducido en 2015, encontró un aumento de 138% en el riesgo de padecer Alzheimer por el aumento de los contaminantes y las partículas finas. Esto sugiere que una exposición a largo plazo a las PM 2.5, así como a un ambiente donde el ozono rebaso los límites, puede influir en el desarrollo de esta enfermedad.
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Solo en los Estados Unidos, 200 millones de personas viven en áreas donde contaminantes como el ozono y las partículas finas superan los estándares.
El equipo internacional de investigadores declaró que los esfuerzos deben dirigirse a identificar y mitigar los factores ambientales que influyen en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y la neuroprotección de niños y adultos jóvenes debe ser una prioridad de salud pública para detener el desarrollo de ésta en las primeras dos décadas de la vida.
Con información de AlphaGalileo