La crisis económica y social en el país sudamericano ha provocado el crecimiento de la mortalidad infantil, que, medida hasta 2016, se ubica en números no vistos desde hace 20 años.
Los avances logrados por Venezuela en la reducción de las tasas de mortalidad infantil se perdieron durante en la última década, señala un estudio publicado en The Lancet. Las últimas mediciones, de hace tres años, sobre este indicador apuntan a que el número de muertes infantiles actualmente es similar a la que había a finales de los años 90.
El país sudamericano había logrado descender la mortalidad infantil sostenidamente desde 1940 hasta el año 2009 cuando, de acuerdo con datos oficiales, se registraron 16.12 muertes de niños menores de un año por cada 1,000 nacidos vivos.
Sin embargo, la crisis de Venezuela afectó este indicador, que comenzó a incrementarse de forma acelerada desde 2011, y ha continuado con esa tendencia hasta la actualidad. Según los investigadores, en 2016 la mortalidad infantil, es decir, el número de niños fallecidos antes de cumplir un año de edad, fue de 21.1 muertes por cada 1,000 nacidos vivos, cifra bastante similar a la que el país registraba hace 20 años, cuando al cifra era de 20.8 muertes.
Para hacer los cálculos, los investigadores tomaron en cuenta las últimas cifras oficiales disponibles (año 2014) divulgadas por instituciones oficiales venezolanas, como el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadísticas, y las complementaron con otras fuentes, entre ellas una encuesta nacional realizada por universidades venezolanas sobre las condiciones de vida de la población en 2017.
La investigación es el resultado de un esfuerzo por subsanar la falta de información pública en el país, donde no se ofrecen datos oficiales sobre mortalidad infantil desde el año 2014, señala Jenny García, del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de Francia, autora principal del estudio.
“Nuestros hallazgos son hasta 2016 y sabemos que en 2017 y 2018 las cifras van a estar peor de lo que estamos proyectando, porque las condiciones del país han empeorado y eso no va a poder reflejarse en el modelo estadístico que tenemos”.
Los investigadores estiman que las cifras pueden ser más altas que las que han calculado, ya que sus modelos estadísticos se han hecho con datos conservadores. Uno de los supuestos sobre el que García y sus colaboradores basaron su cálculo es que el país ha mantenido el mismo subregistro de muertes y nacimientos que se presentaban hasta 2012, aunque esto puede variar ya que la cantidad de muertes fuera del hospital puede ser mayor a las que registraba en el patrón histórico.
Política errática
Venezuela enfrenta actualmente una emergencia humanitaria debido al colapso de su sistema de salud y a la reemergencia de enfermedades transmisibles como malaria, sarampión y difteria, según reconoció en un documento la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Un artículo que se publicará en abril de este año en la revista Emerging Infectious Diseases del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos recoge varias cifras de las enfermedades prevenibles por vacuna que han resurgido, entre ellas el sarampión.
Hasta octubre del año pasado se habían reportado en el país 5,525 casos de sarampión, incluyendo 73 muertes. De difteria se confirmaron 1, 249 casos, señala ese artículo.
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El retroceso en los logros en el área de salud se relaciona con el deterioro de las políticas públicas, refiere el estudio de The Lancet. Entre 2007 y 2009, por ejemplo, el Ministerio de Salud de Venezuela no proporcionó vacunas contra la poliomielitis, difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y Haemophilus influenzae tipo B a niños menores de 5 años, y no vacunaron a casi el 20% de niños en 2010.
El gobierno sigue sin reconocer la emergencia en salud, aunque tampoco la niega abiertamente, pero se rehúsa a aceptar ayuda humanitaria.
La OPS ha implementado el Plan Nacional de Respuesta, mediante el cual aseguran que han vacunado a 8 millones de niños entre 6 meses y 15 años de edad contra el sarampión y a 4.8 millones de niños entre 7 y 15 años de edad contra la difteria, con el fin de detener los brotes de estas enfermedades.
La conclusión de la investigación revela el deterioro profundo del sistema de salud venezolano, comenta el médico infectólogo venezolano Julio Castro, investigador de la Universidad Central de Venezuela quien no participó del estudio. Él, junto con la Sociedad Venezolana de Infectología y la Red venezolana “Defendamos la Epimiología”, ha denunciado públicamente la ausencia de datos oficiales.