Un comunicado del Politécnico Nacional asegura que eliminaron por completo el virus de papiloma humano (VPH), muchos medios lo retomaron aunque no sea del todo cierto.
El pasado lunes 4 de febrero, Día Mundial de la Lucha contra Cáncer, muchos medios publicaron la “noticia” de que “con estudios moleculares, el IPN comprobó la eliminación del Virus del Papiloma Humano (VPH), focalizado en el cérvix uterino de 29 mujeres de la Ciudad de México”, tratadas con terapia fotodinámica. Lo cual no es del todo cierto.
Las notas, al menos las primeras, estaban basadas en un comunicado del Instituto Politécnico Nacional que, efectivamente, lleva el título “Elimina IPN cien por ciento virus del papiloma humano”, contiene la frase entrecomillada del párrafo anterior pero que, en el séptimo párrafo, especifica que solo “se logró eliminar el VPH en el 100% de las pacientes que lo portaban sin tener lesiones… y el 57.2% en quienes presentaban lesiones sin VPH“.
Lo cual aclara que el virus no se eliminó al 100% en todos los casos (y por lo tanto no se eliminó por completo) pero deja preguntas tan elementales como ¿en cuántas mujeres se eliminó realmente el virus? ¿cómo se eliminó el VPH en mujeres que no lo tenían? y, dado lo pequeño de la muestra (29 mujeres), ¿tiene el dato alguna relevancia?
Además de ser contradictorio e inexacto, el comunicado no hace referencia a alguna publicación especializada donde se hayan reportado los resultados y en la que haya habido una evaluación por pares.
Existe un artículo de abril del 2017 en la revista Photochemistry and Photobiology donde, en mediciones con 30 mujeres (es la cifra que da), el mismo equipo de investigación, encabezado por la doctora Eva Ramón Gallegos, explica que “se busca determinar la efectividad de la terapia fotodinámica… en la eliminación de las lesiones cervicales premalignas”; es decir, se buscaban eliminar las lesiones, no el virus, lo cual aparentemente viene por añadidura en cierta medida. Por eso hubo “algo” que fue eliminado, las lesiones, aun cuando no hubiera VPH.
Hay que mencionar que el comunicado cita a Ramón Gallegos diciendo que mediante esa terapia es posible eliminar las lesiones premalignas de cáncer de cérvix en una etapa inicial.
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Los peligros de la mala comunicación de la ciencia en México
Este caso de mala comunicación o difusión de mentiras difícilmente será tan pernicioso como la conferencia de Andrew Wakefield que dio inicio al movimiento antivacunas. Sin embargo, al ver que El Heraldo de México, por ejemplo, tituló su nota “IPN encuentra cura para el virus del papiloma” (incluso después de entrevistar a la doctora Ramón Gallegos) no es difícil pensar en el siguiente escenario:
El movimiento antivacunas en México está dirigido, sobre todo, en contra de la vacuna del VPH, en especial por la política preventiva de inmunizar a las adolescentes; quienes se oponen a la vacuna, argumentan que incentiva la sexualidad a temprana edad. Es posible, entonces, imaginar que algún padre, después de leer el cabezal del Heraldo, diga ¿para qué vacuno a mi hija si el IPN ya tiene una cura?
Puede parecer un escenario tonto, pero así son los argumentos de quienes se oponen a las vacunas, e inocente, pero el cáncer causado por el virus del papiloma humano es muy grave y constituye la segunda causa de muerte en mexicanas.
De alguna manera, el fallido comunicado del IPN y la torpe acción de los medios (prácticamente todos), que retomaron su información sin hacer una revisión crítica de la misma, son una muestra del deficiente funcionamiento de la comunicación del conocimiento en México. He aquí una lista de los errores que más saltan a la vista:
El IPN, en su afán de promoción y de decir que la institución está haciendo investigación por el bien de los mexicanos, difunde resultados no comprobados y los exagera hasta decir una mentira potencialmente peligrosa.
Los periodistas, desde la ignorancia, la desidia o la prisa, toman por buena cualquier cosa que venga de una autoridad intelectual, sea institucional o personal.
Los medios periodísticos, por su parte, fomentan el trabajo apresurado y superficial al priorizar la competencia con otros medios por llamar la atención del público, y se olvidan de los que debieran ser sus principios fundamentales: atender el interés público y apegarse lo más posible a la verdad.
Según las métricas de la Wiley Online Library, el artículo de 2017 del equipo de la doctora Ramón Gallegos no ha llamado la atención de sus pares pues tiene solo una cita. El revuelo mediático ocasionado por el comunicado podría llamar la atención de otros expertos sobre el trabajo, ya se verá si lo avalan, lo desacreditan o lo ignoran.