La famosa estrategia sueca de buscar al inmunidad de rebaño aún tiene posibilidades de ser un éxito.
En Suecia, los niños van a la escuela, bastante gente va a trabajar y las tiendas, cafés y restaurantes están abiertos. Covid-19 ya ha cobrado bastantes vidas, pero las autoridades no se arrepienten del camino que tomaron y parece que los ciudadanos tampoco…
Desde el interior de su auto, Anders Tegnell, Ministro de Salud de Suecia explica en un webinar a 3,000 reporteros de todo el mundo por qué.
Es una decisión que se tomó en una conversación con el público y que se basa en la confianza mutua, comenta Tegnell. “Le dimos la responsabilidad a los individuos”. La responsabilidad del gobierno ha sido minimizar la transmisión poniendo reglas para limitar las aglomeraciones y la cercanía en locales cerrados.
“Esto no disminuiría todos los contagios, solo los mantendría en números manejables”.
También comenta que estuvieron muy alertas. Hicimos muchas pruebas, incluso desde antes de que se registrara el primer enfermo, porque hicieron pruebas a las personas que regresaban de viaje. Esto les permitió detectar contagios y seguir a sus contactos conocer la evolución de la epidemia. A la fecha han hecho 14,700 pruebas por cada millón de habitantes (hay 10 millones en todo el país).
El costo para Suecia
La decisión no ha sido barata: el pasado miércoles 6 de mayo se registraron poco más de 7 mil casos y 99 muertos; mientras, en Noruega, país con el que comparte la península y 1,630 kilómetros de frontera, el mismo día, hubo 19 casos y una muerte.
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Al respecto, Tegnell comenta que ha sido una experiencia terrible que tanta gente muera (su acumulado es de 3,175). “Hemos investigado con cuidado y encontramos que la explicación está en las muertes en los asilos de ancianos, donde hay gente muy enferma y muy anciana. Alrededor de 70,000 personas viven en estos asilos, se han muerto los más enfermos y de más edad… Eso explica más del 50 por ciento del total de muertes”.
“Desde hace tiempo sabemos que la calidad de muchas de estas instituciones no es buena; incluso han sido foco de infecciones de bacterias resistentes. Sabíamos que era una debilidad y no estuvimos suficientemente preparados. Actualmente, el número de muertes ya está bajando, despacio, pero bajando”.
Sobre los países europeos que están empezando a abrir sus economías después del confinamiento (Alemania, Dinamarca), el ministro comenta que deben tener una inmunidad de entre 1 y 3 por ciento de la población, lo que los podría hacer susceptibles a una segunda ola de contagios, mientras que en Suecia, un cuarto de la población ya debe ser inmune (se calcula que para contener eficazmente a Covid-19 con la inmunidad de rebaño se requiere entre 50 y 70%).
Tegnell destaca las buenas condiciones en las que estaba el sistema de salud sueco, que “siempre ha servido muy bien”, que incluso en estos momentos tiene un 20% de camas disponibles, no en hospitales de campaña o recién armados sino en las instalaciones regulares y con personal capacitado para atenderlas.
Los niños van a la escuela porque, aunque son contagiosos, hay poca evidencia de que se lo contagien a los adultos; entre ellos se contagian mucho pero solo en muy raras ocasiones padecen la enfermedad. Además, Tegnell comenta que la decisión depende del ministerio de educación, y “los niños tienen derecho a ir a la escuela”.
Sin embargo, los jóvenes no van a la escuela no van a las preparatoria ni a la universidad porque, a diferencia de los niños, pueden tomar clases en línea y se tienen que desplazar distancias grandes en transporte público para hacerlo.
Otro ejemplo de cómo Suecia está gestionando el riesgo está en el uso de cubrebocas: no se recomiendan, pero no tanto porque se crea que no sirven para nada, sino porque el gobierno paga para que quienes se sientan enfermos no vayan a trabajar, y “si usaran mascarilla, irían y, si tienen síntomas, aún con la mascarilla podrían ser contagiosos”.
Todo esto con el riesgo intrínseco de que Covid-19 es una enfermedad nueva y “no hay suficiente evidencia en nada”.
Los beneficios
Sobre si la estrategia es mejor o peor que otras “lo podremos evaluar después”, dice el ministro; por lo pronto, aunque se espera que la economía de Suecia se reduzca en 6.1% por ciento, será uno de los cinco países europeos menos afectados en este sentido y estará por debajo del promedio de la Unión Europea que es de 7.4 por ciento. Habría que considerar que Suecia ahora corre menos riesgos mucho para regresar a la actividad normal.
No tienen la enfermedad que se ha llamado “infodemia”, es decir, la desinformación en torno a la pandemia. “No tenemos mucho, debo decir, creo que tiene que ver con el alto nivel de confianza que hay entre el público y el gobierno y distintas agencias”. Esta confianza está medida por encuestas.
“Monitoreamos las redes sociales y sabemos que existen diversos rumores pero en realidad no afecta a la mayor parte de la población”. En las encuestas tampoco es significativa la cantidad de gente que dice tener miedo, que es lo que suele suceder con la desinformación, genera inseguridad.
Sobre las críticas que, por parte de científicos, ha recibido la estrategia de Suecia, Tegnell contesta con los hechos: “Han dicho que el sistema sueco de salud se saturará, que tendremos decenas de miles de muertos en unas semanas; pero ninguna de esas predicciones ha resultado ser cierta. Trabajamos cercanamente con un número grande de científicos y vamos revisando lo que hacemos; sabemos que así funciona la academia, hay muchas formas de trabajar los datos y distintas opiniones”.
Link de la conferencia de prensa completa.