El principal síntoma que revela la infección del SARS-CoV-2 resulta no ser una afección neurológica
Una cierta pérdida del olfato o anosmia es el síntoma más frecuente de la infección del coronavirus SARS-CoV-2. Se calcula que los pacientes con covid-19 son 11 veces más propensos a manifestar este síntoma en alguna medida que a tener fiebre, tos o dificultad respiratoria.
Hasta ahora se pensaba que la pérdida del olfato era debida a una afectación de las neuronas del nervio olfatorio; sin embargo, un estudio internacional encabezado por científicos de la Escuela de Medicina de Harvard y publicado en la revista Science encuentra que, más bien, está sucediendo otro fenómeno.
“Nuestros hallazgos indican que el nuevo coronavirus cambia el sentido del olfato en pacientes sin infectar directamente las neuronas, sino afectando la función de las células de soporte”. Sandeep Robert Datta, neurobiólogo del Instituto Blavatnik de la EMH y autor principal del estudio.
Las neuronas no pueden infectarse
El equipo de 24 investigadores provenientes de 21 instituciones empezó su investigación sobre la pérdida del olfato buscando qué tipos celulares, de los muchos que se encuentran en el bulbo olfatorio y el epitelio nasal, eran más sensibles al SARS-CoV-2, y encontró que las neuronas del nervio olfatorio no elaboran el receptor ACE-2, que es el que usa el coronavirus para entrar a las células.
En cambio, tanto ACE-2 como TMPRSS2, una enzima que contribuye a la entrada del coronavirus, se elaboran en las células que proporcionan soporte metabólico y estructural a las neuronas sensoriales olfativas; así como en poblaciones aledañas de células madre y células de los vasos sanguíneos.
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Aunque los datos sugieren que la pérdida del olfato puede deberse a cambios en las neuronas sensoriales olfativas ocasionados por la pérdida temporal de la función de las células de soporte, “aún no entendemos completamente cuáles son esos cambios”, dijo Datta.
Se ha observado que muchos pacientes de covid-19 tienen afectaciones neurológicas, por lo que este estudio es consistente con las hipótesis de que el SARS-CoV-2 no infecta directamente las neuronas, sino que puede interferir con la función cerebral al afectar las células vasculares en el sistema nervioso, comentaron los autores.
La pérdida del olfato no es cualquier cosa
“La anosmia parece un fenómeno curioso, pero puede ser devastador para la pequeña fracción de personas en las que es persistente”, dijo Datta, ya que se ha observado que la pérdida del olfato puede tener graves consecuencias psicológicas, como ansiedad y depresión.
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Sin embargo, los pacientes con covid-19, al menos, no deben preocuparse por ello, ya que generalmente recuperan su sentido del olfato en el transcurso de semanas, mucho menos tiempo del que toma recuperarse de la pérdida del olfato causada por otras infecciones virales que sí dañan directamente las neuronas sensoriales olfativas.
Para Datta, el hallazgo que hicieron “son buenas noticias, porque una vez que la infección desaparece, no parece haber necesidad de reemplazar o reconstruir las neuronas olfativas desde cero”, aunque el investigador admite que “necesitamos más datos y una mejor comprensión de los mecanismos subyacentes para confirmar esta conclusión”.
Por lo pronto, esta investigación podría contribuir al desarrollo de herramientas de diagnóstico basadas en el olfato que pudieran, además de que eventualmente podría contribuir a entender y curar a quienes han sufrido pérdida del olfato.