A pesar de la recomendación en contra del Parlamento Abierto, proponer cambiar leyes para destinar los fondos a la Tesorería
El próximo martes 29 de septiembre en la Cámara de Diputados se someterá a votación una iniciativa que proponen reformar o derogar diversas disposiciones de 17 leyes para poder extinguir fideicomisos relacionados con ellas y pasar sus fondos a la Tesorería. Los recursos podría alcanzar la cifra de 36 mil 058 millones de pesos.
La iniciativa cuenta con un dictamen favorable de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública a pesar de que en diversas sesiones de Parlamento Abierto, convocado por la propia Comisión, se concluyó que no se debían realizar las extinciones.
Entre los fideicomisos que se pretende extinguir están los del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Fondo para el Cambio Climático, el de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral a Víctimas y el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; además los Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento y Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine).
Por otra parte, las modificaciones a la Ley General de Ciencia y Tecnología (LGCyT) son las que permitirían extinguir un mayor número de fideicomisos, 32 en total, entre los que se encuentra los 26 correspondientes a los Centros Públicos de Investigación (CPIs), así como fideicomisos del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Pedagógica Nacional y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
Dictamen contradictorio
Alma Maldonado, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, comenta que “es contradictorio ver cómo se presentan los argumentos, que fueron bien sustentados y claros, y aun así la conclusión es que se deben eliminar (los fideicomisos)”. Como ejemplo que en el dictamen sobre la LGCyT se lee:
“Concluyen con que extinguir los fideicomisos sin alternativas viables redundaría en un retroceso para la capacidad del Estado de generar el conocimiento que requiera la sociedad mexicana del siglo XXI. En este momento se necesita más investigación y desarrollo debido a la pandemia. La iniciativa provocaría que hubiera menos investigación y desarrollo en el país”.
El 15 de abril “hubo una declaración de los líderes parlamentarios pidiendo no dañar a la ciencia con la extinción de los fideicomisos”, dice Maldonado; también hubo un primer dictamen que eximía a los fideicomisos de ciencia y tecnología, a los de cine y al Fonden de su extinción. Pero, dice David Romero, presidente de la Sociedad Mexicana de Bioquímica, “el Presidente, en una mañanera, dijo ‘habíamos dicho que todos’, y el dictamen se congeló”.
Ante la posible extinción del Fonden, en el Parlamento Abierto se concluyó que disolverlo e integrar los recursos al flujo presupuestario de las dependencias “costaría vidas y se podría considerar como un ataque directo a los ciudadanos, principalmente a los más pobres del país que son los que sufren más en un fenómeno natural catastrófico”.
Conclusión que se sustentó en datos como que “el World Risk Report señala que en México su vulnerabilidad ante desastres naturales es elevada, de más de 45% y tiene una propensión de crecimiento de más de 23%”. En el caso de los terremotos, se calcula que generan un costo asociado anual promedio de 1,354 millones de dólares; el segundo en importancia corresponde a las inundaciones es de 800 millones de dólares.
Dinero autogenerado
En una de las sesiones de Parlamento Abierto, Sergio López Sayllon, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comentó que los fideicomisos de los Centros Públicos de Investigación “se nutren de recursos autogenerados o donaciones de terceros, por lo que no reciben transferencias del presupuesto federal”.
Y añade: “Tampoco son opacos ni sus recursos se utilizan discrecionalmente. No están protegidos por el secreto fiduciario. Son fiscalizables por Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación, y estamos obligados a rendir cuentas de sus actividades a los Órganos de Gobierno, al Congreso y a la Cuenta Pública”.
A esto, Romero añade que los fideicomisos de ciencia y tecnología representan “apenas el 2% de lo que se puede recaudar por la extinción de los fideicomisos”.
Prejuicio o conciencia
“Esto está ocurriendo, y no puedo decirlo de otra forma -dice Romero-, por un prejuicio presidencial caracterizado por un desprecio hacia la ciencia, la tecnología y la cultura, y por una noción de que hay una extrema corrupción en esas áreas, cosa que enfáticamente rechazo”.
En busca de una solución, “llamaría a la conciencia de los propios legisladores, esperamos de ellos un papel de contrapeso y conciencia de lo que es lo mejor para el país”, y considera que si este próximo martes 29 se aprueba el dictamen, los diputados estarían cometiendo un acto “en contra de razón y de una evaluación serena de las circunstancias”.