Un grupo de biotecnólogos mexicanos se reunió hoy en un foro con la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, donde manifestaron la necesidad de que se reconozca a la biotecnología como un “área estratégica para el desarrollo del país” y reclamaron por “la campaña de desprestigio y de intentos de dispersión de la biotecnología mexicana, que el gobierno federal ha estado promoviendo”.
En un pronunciamiento, explicaron que su disciplina ha contribuido y, con apoyo, podría contribuir mucho más al desarrollo del país en distintas áreas. Entre las contribuciones, José Seade, Vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias, dijo que “la biotecnología constituye la revolución tecnológica de mayor envergadura para la humanidad en lo que va del siglo 21“, y mencionó que dos biotecnólogos mexicanos estuvieron en el inicio de esa revolución al formar parte de los equipos que primero consiguieron modificar el material genético de bacterias (Francisco Bolívar) y plantas (Luis Herrera Estrella).
Entre las contribuciones que han hecho o en las que participado los mexicanos, están la modificación de bacterias para que produzcan insulina de calidad y en grandes cantidades; el suero antialacránico, que es el único medicamento generado en México que ha sido aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, y que ha salvado muchas vidas en México, EU y África, y bioinsecticidas, biofungicidas y fertilizantes biológicos “que están contribuyendo a la productividad del campo, sin afectar al medio ambiente”, dice el comunicado.
Además, han desarrollado plantas modificadas genéticamente que podrían ser de gran impacto en materia de resistencia a las sequías, insectos, bacterias y virus, evitando pérdidas cuantiosas de cosechas y el uso de insecticidas. Se han diseñado plantas que permiten sustituir el consumo de fosfato (un insumo cada vez más escaso en la agricultura) y que al mismo tiempo limitan, sin necesidad de herbicidas, la proliferación de malezas.
También se comentó en el foro sobre lo que están haciendo los biotecnólogos en la pandemia, como la caracterización genética de los virus que circulan en México, trabajar en el desarrollo de vacunas, pruebas de diagnóstico y la búsqueda de agentes terapéuticos; esfuerzos que (como hemos reporteado en Los INTANGIBLES) difícilmente llegarán a la población porque, en general, no han sido apoyados por las autoridades y porque México no ha desarrollado un aparato de transferencia de tecnológica que lo haga.
TAL VEZ TE INTERESE LEER: “En busca de una solución sistémica contra el SARS-CoV-2” o “Podrían hacer lotes de 19,200 pruebas a la vez” como ejemplos de los esfuerzos que se han hecho en México para combatir la pandemia de covid-19.
Como ejemplo de lo que se podría lograr con biotecnología en el país, el pronunciamiento incluye cosas como “aspirar a una soberanía en salud, que nos permitiría producir en México nuestras propias vacunas”; en producción de alimentos, “podríamos aspirar a depender menos del exterior en términos de cultivos básicos… desarrollar plantas de mayor calidad nutrimental, resistentes a plagas y adaptadas al entorno“, y en cuidado del ambiente se podría innovar en métodos para tratar la contaminación en aguas, suelos y aire.
Sin embargo, detallan, “a pesar de sus claros beneficios, la biotecnología intenta ser desacreditada (y en particular, aquellos aspectos que tienen que ver con las plantas modificadas genéticamente). El desprestigio del que está siendo objeto la biotecnología moderna tiene claros sesgos y tintes ideológicos, y está impidiendo que la biotecnología nacional se desarrolle como sería deseable”.
Además, “resulta incomprensible e inaceptable que la biotecnología haya sido eliminada discrecionalmente como una de las áreas que conforman el Sistema Nacional de Investigadores, de acuerdo con el nuevo reglamento impuesto por las autoridades del CONACyT”, señalan.
Los investigadores y desarrolladores manifestaron su disposición “para asesorar al Congreso en los aspectos que sean necesarios para la emisión de leyes relacionadas con los diferentes aspectos de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, involucradas en la biotecnología”, y explicaron que el apoyo no debería ser solo para la investigación, también para empresas de base biotecnológica, que son las que llevan los beneficios de la biotecnología a sus consumidores finales.
“Consideramos que uno de los mayores riesgos que tiene nuestro país, es NO utilizar, promover y desarrollar la biotecnología mexicana”, concluyen.