Entre las naciones más pobladas del mundo, el país destaca por tener el mayor consumo de bebidas azucaradas
De acuerdo con un análisis global de los hábitos alimenticios de niñas, niños y adolescentes de 185 países, México destaca, por mucho, entre las naciones más pobladas del mundo por tener el mayor consumo de bebidas azucaradas.
En México, los menores de edad consumen en promedio 10.1 porciones de bebidas azucaradas por semana, de los países con elevado número de habitantes le siguen Uganda (6.9), Pakistán (6.4), Sudáfrica (6.2) y los Estados Unidos (6.2), según los datos del estudio publicado el pasado mes de agosto en The BMJ (British Medical Journal), que llegan hasta el 2018.
Los datos para este análisis proviene de más de 1,200 encuestas realizadas entre los años 1990 y 2018, y el equipo de investigación, entre los que se encontraba Simón Barquera del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México, descubrió que en ese tiempo el consumo de bebidas azucaradas a nivel global en los jóvenes de entre tres y 19 años creció casi un 23%.
Consumir de manera constante y prolongada azúcar, sea en bebidas o en otros productos, aumenta el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, demencias, problemas de hígado y algunos tipos de cáncer en etapas posteriores de la vida, señala Laura Lara-Castor, primera autora del estudio y actualmente investigadora postdoctoral en la Universidad de Washington.
“Este estudio destaca la necesidad de intervenciones educativas y políticas públicas específicas para cambiar el comportamiento desde el principio y prevenir los resultados adversos asociados con el consumo de bebidas azucaradas en la infancia”. Laura Lara-Castor, primera autora del estudio.
Prevenir el consumo de bebidas azucaradas
Una vez que se tiene la costumbre de consumir bebidas y otros productos azucarados, es particularmente difícil detenerse o hasta reducir la ingesta, por lo que conviene no fomentar esa conducta en casa. Según un estudio, que pudo aprovechar un “experimento natural” creado inadvertidamente por la Segunda Guerra Mundial, esto puede traer beneficios importante.
El estudio publicado en la revista Science a finales de octubre pasado, revela que los niños que experimentaron restricciones de azúcar durante los primeros mil días posteriores a la concepción tenían hasta un 35% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y un 20% menos de riesgo de hipertensión en la edad adulta.
De hecho, la baja ingesta de azúcar por parte de la madre antes del parto fue suficiente para reducir los riesgos, pero la restricción continua de azúcar después del nacimiento aumentó los beneficios, encontró el equipo de investigación de las universidades del Sur de California, McGill y de California en Berkeley.
El “experimento natural” ocurrió porque el Reino Unido introdujo límites a la distribución de azúcar en 1942, como parte de su programa de racionamiento de alimentos en tiempos de guerra, el cual terminó en septiembre de 1953. Esto permitió, con datos contemporáneos del Biobanco del Reino Unido, estudiar el efecto de la restricción de azúcar en la primera infancia en los adultos concebidos poco antes y justo después del fin del racionamiento.
Las consecuencias relevantes
Recientemente, el INSP informó que, en México, 1.3 millones de niñas y niños menores de cinco años presentan desnutrición crónica y 14 millones viven con sobrepeso y obesidad; en América Latina, estas cifras son 6. 1 millones y 48 millones, respectivamente. El consumo de alimentos ultraprocesados (entre los que se encuentran las bebidas azucaradas) es una de las causas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los resultados definitivos de las Estadísticas de Defunciones Registradas de 2023, publicados hace unos días, las cinco principales causas de muerte a nivel nacional fueron: enfermedades del corazón, diabetes mellitus, tumores malignos, accidentes y enfermedades del hígado; es decir, que el consumo de azúcar puede estar relacionado con muchas de ellas.