Se sabía que una enfermedad causada por un hongo era devastadora con las poblaciones de anfibios; ahora, un estudio eleva a la quitridiomicosis a una de las peores responsables de extinciones masivas.
Existe un hongo que mata ranas y otros anfibios y se calcula que es responsable de la mayor disminución de la vida silvestre de la que se tenga registro. En los últimos 50 años desde que los primeros brotes fueron señalados por los biólogos, la enfermedad, conocida como quitridiomicosis, ha causado la extinción de 90 especies y eliminó al 90% de las poblaciones de otras 124.
Estas son las conclusiones de un estudio realizado, sobre todo, por investigadores de la Universidad Nacional de Australia y publicado en la revista Science el 29 de marzo. El estudio compendia y analiza el trabajo de diversos equipos de trabajo de muchos países sobre el hongo causante de la quitridiomicosis.
“Lo que es nuevo aquí es el panorama mundial de los números. Por primera vez, podemos observar a escala global y decir cuántas especies se han visto afectadas, cuántas se han extinguido y cuántas pueden tener potencial de recuperación… este es el primer estudio que reúne todos estos hallazgos de manera coordinada y metódica”, dice Karen Lips de la Universidad de Maryland, una de las coautoras.
La quitridiomicosis es causada por un hongo llamado Batrachochytrium dendrobatidis, o Bd para abreviar, y afecta sobre todo a ranas y sapos. Se cree que el hongo se originó en Asia, donde vivía solo en ciertas a zonas. Sin embargo, comenzó a extenderse por todo el mundo a principios del siglo XX, con el auge del comercio internacional. Junto con las especias, la porcelana y otros productos, los marineros llevaban Bd de puerto a puerto a través de animales polizones infectados. Hoy en día, Bd está presente en más de 60 países en los cinco continentes.
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Los biólogos notaron por primera vez en los años 70 y 80 que las poblaciones de anfibios comenzaron a declinar repentinamente y a veces incluso a desaparecer por completo. Fue hasta 1998 que esta disminución se asoció con Bd y el alcance de la crisis se hizo evidente. Pero un análisis reciente sugiere que la situación es incluso peor de lo que se temía.
Según los nuevos datos, el hongo es responsable de la disminución de 500 especies de ranas y otros anfibios, lo que representa el 6.5% de todos los anfibios conocidos; los de Australia, América Central y América del Sur han sido particularmente afectados, dicen los autores.
La quitridiomicosis “está contribuyendo a la sexta extinción en masa de la Tierra”, dijo el Dr. Ben Scheele, de la Universidad Nacional Australiana en Canberra, el autor principal del nuevo estudio. “Hemos perdido algunas especies realmente increíbles”, agrega.
El hongo se alimenta de nutrientes que se encuentran en la piel de los anfibios; sin embargo, también se come el tejido de la piel de los animales y provoca ataques cardíacos fatales.
Esta enfermedad es particularmente peligrosa porque se propaga a través del agua y puede persistir fuera del hospedero, lo que hace que las tácticas tradicionales para combatir especies invasoras sean inútiles. No es un gato o roedor salvaje, el hongo es un microorganismo que impregna prácticamente todo el ambiente al que llega.
“Nunca antes habíamos tenido una enfermedad que por sí sola tuviera el poder de extinguir varias especies, en varios continentes al mismo tiempo”, dijo uno de los autores del estudio, Jonathan Kolby, al Washington Post.
Pero hay esperanza. La principal mortandad de anfibios se dio en los años 80 del siglo pasado, y los hallazgos sugieren que 60 especies han mostrado signos de recuperación. Quizás algunos individuos fuertes tengan las adaptaciones necesarias para mantener a raya la enfermedad. Pero nadie puede aún decir con certeza si los anfibios están comenzando a desarrollar una ventaja evolutiva contra el hongo o solo es una cuestión de tiempo antes de que un nuevo brote llegue a dar el golpe mortal.
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Como si el hongo Bd no fuera suficiente, las especies de anfibios en todo el mundo están amenazadas por la pérdida de hábitats por ocupación y explotación humana y el cambio climático. Estas siguen siendo las principales amenazas para miles de especies. Lo mejor que podemos hacer en este momento es proteger a la población actualmente intacta de Bd restringiendo el acceso a los santuarios.
Con información de ZME Science y EurekAlert!