Se descubrió que las bacterias pueden cambiar de forma para evitar ser detectadas y destruidas por los antibióticos. La misma técnica les permite ocultarse de nuestro sistema inmune.
El descubrimiento de que, sin exagerar, estos organismos se “deshacen” de su pared celular y se dan la vuelta casi como calcetines (formalmente se le conoce como “cambio de forma de L”) se realizó en la Universidad de Newcastle, Inglaterra, y se publicó la semana pasada en Nature Communications.
Katarzyna Mickiewicz, autora principal del estudio, explica que la pared de las bacterias les da una forma regular (por ejemplo, una vara o una esfera), haciéndolas fuertes y protegiéndolas; pero “también las hace muy notables, particularmente para el sistema inmunitario humano y los antibióticos como la penicilina”.
Sin embargo, “en presencia de antibióticos, las bacterias pueden cambiar de una forma de pared altamente regular a un estado de forma de L completamente aleatorio, deficiente en la pared celular, escondiendo la cubierta ‘visible’ dentro sí mismas”: Katarzyna Mickiewicz, autora principal del estudio.
Las bacterias quedan endebles pero sobreviven
En una publicación anterior, que apareció en la revista Cell, el mismo equipo demostró que nuestro sistema inmunitario también puede inducir en cierta medida el cambio de la forma L. Pero ahora vieron que el tratamiento con antibióticos tiene un efecto mucho más profundo.
En la conformación L, sin la pared protectora que les da forma, las bacterias son frágiles y débiles, pero algunas sobreviven gracias a el “disfraz”.
La investigación, realizada en pacientes ancianos del Newcastle Freeman Hospital con infecciones urinarias recurrentes, también capturó en video por primera vez, a las bacterias en forma de L estructurando su pared celular después de que el antibiótico había desaparecido. El proceso les tomó (a las bacterias) solo cinco horas.
“En un paciente sano, esto probablemente significaría que las bacterias en forma de L que quedan sería destruida por el sistema inmunitario de sus huéspedes. Pero en un paciente debilitado o anciano, como en nuestras muestras, las bacterias en forma de L pueden sobrevivir. Luego, volver a formar su pared celular y el paciente nuevamente se enfrenta a otra infección”, explica Mickiewicz.
Por si fuera poco, el equipo pudo demostrar, mediante una microscopía directa en un modelo transparente de pez cebra, que el cambio hacia la forma L es posible en el contexto de un organismo vivo completo y no solo en condiciones artificiales en el laboratorio.
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La doctora Mickiewicz explica que este estudio sugiere que los médicos pueden “considerar un tratamiento combinado: un antibiótico que ataque la pared celular y luego un tipo diferente para cualquier bacteria oculta en forma de L, un medicamento que apunte al material genético bacteriano”, por ejemplo.
Prevención de aparición de bacterias resistentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la resistencia a los antibióticos como una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y al desarrollo económico y social en la actualidad.
Para prevenir el surgimiento de bacterias resistentes, la OMS da las siguientes recomendaciones a la población en general:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
- Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.
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