La cepa Spike D614G apareció en febrero y es la que predomina en las regiones del mundo a las que ha llegado
Un estudio detectó una mutación del virus SARS-CoV-2, ligeramente distinta a la que surgió en Wuhan, China, pero que es más contagiosa y que está reemplazando a la original de forma rápida y repetida en todo el mundo.
Los científicos reportan que esta cepa más contagiosa apareció en Europa en febrero, llegó a la costa este de Estados Unidos y de ahí se ha diseminado al resto del mundo.
La “nueva” cepa recibe el nombre de Spike D614G y, de momento “no sabemos” por qué está desplazando a las otras cepas, escriben los investigadores, pero tienen algunas hipótesis al respecto y lo que esto puede implicar para prevenir la infección.
Una mutación conveniente
Desde hace un par de meses, el equipo de la base de datos de VIH del Los Alamos National Laboratory, se ha dedicado al desarrollo de una batería de análisis para rastrear en tiempo real la evolución de la proteína Spike (espiga) del SARS-CoV-2 a partir de la información de secuencias que llega todos los días, desde todo el mundo, a la base de datos GISAID.
Escogieron esta proteína porque es el equivalente de una llave que promueve la entrada del virus a las células del hospedero. Esto la convierte en un blanco deseable y natural para los anticuerpos; deseable, porque si se le bloquea se inutiliza por completo al virus, y natural porque es la estructura que más sobresale en la superficie del virus y por tanto es la de más fácil acceso.
La nueva cepa se llama Spike D614G por el código para señalar la ubicación que tiene la mutación en la proteína Spike, que resulta ser en su sitio de unión con el receptor celular llamado ACE-2, que sería una especie de equivalente de la cerradura. Se sospecha que es esta modificación la que da mayor capacidad de contagio; sin embargo, no es la única mutación de la cepa, que tiene otras dos que tal vez contribuyen a su mayor actividad.
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“Cuando nos embarcamos en esta línea de análisis de SARS-CoV-2, nuestra motivación fue identificar mutaciones en la proteína Spike”, comentan los investigadores, y lo hicieron pensando que eventualmente sería muy útil para el desarrollo de vacunas.
“No anticipamos resultados tan dramáticos tan temprano en la pandemia”, asegura el equipo, sobre todo porque el virus no muta mucho, como sí lo hacen, por ejemplo, los virus de influenza.
Si bien Spike D614G es la única cepa cuya presencia ha crecido notablemente, y también que este hallazgo ha sido cuestionado, los científicos advierten del peligro de la llamada “recombinación”, que puede suceder cuando un mismo paciente es infectado por dos cepas, y termina produciendo una nueva cepa, un “virus recombinante” potencialmente más peligroso que las cepas parentales.
Este fenómeno “es más común en comunidades con prácticas poco rigurosas de distanciamiento social y confinamiento, en salas de hospital donde el aislamiento de pacientes no es muy estricto, porque se supone que todos los pacientes ya están infectados” o en regiones donde ya hay cierta inmunidad “que permite la infección consecutiva con formas más resistentes del virus”.