Es fundamental monitorear la diabetes tipo 2 en menores de edad debido al crecimiento que esta enfermedad, que en general se considera de adultos, ha tenido en los últimas dos décadas, señalan expertos.
La revista de la Asociación Americana de Medicina (JAMA por sus siglas en inglés) publicó esta semana un comentario editorial en el que levanta la alarma por los resultados de un estudio, publicado en la misma JAMA, diseñado para identificar opciones de tratamiento y comprender la historia natural de la diabetes tipo 2 en menores de edad, que fue hecho con 699 casos para los que la edad promedio de inicio de la enfermedad fue de 13 años.
De acuerdo con los autores del estudio, la prevalencia de diabetes tipo 2 en menores de 18 años ha aumentado sustancialmente en las últimas dos décadas en Estados Unidos: de 3.4 por cada 10,000 entre los jóvenes de 10 a 19 años en 2001 a 6.7 por cada 10,000 en 2017; es decir “un aumento relativo del 95% en 16 años”.
En México no se han hecho este tipo de estimaciones; pero, por algunos otros indicadores, cabe suponer que la situación es similar o peor que en Estados Unidos.
Diabetes tipo 2 en menores mexicanos
Entre los factores que desencadenan la diabetes tipo 2 en menores de edad se reconocen la obesidad, las dietas altas en grasas y carbohidratos, la inactividad física y los antecedentes familiares de diabetes, algunos de los cuales, de acuerdo con los estudios, son más frecuentes en las poblaciones de hispanos y otros no caucásicas en Estados Unidos.
Según el estudio Heavy Burden of Obesity (La pesada carga de la obesidad), en el que México es el caso más grave de obesidad a nivel poblacional de los 36 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 1996 la tasa de obesidad infantil era del 7.5% y para 2019 pasó a el 15 por ciento.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Nutrición (Ensanut 2021), publicada hace unas semanas, en la población mexicana de entre cinco y 11 años hay una prevalencia del sobrepeso del 18.8% y de obesidad del 18.6 por ciento. Cabe añadir que el sobrepeso afecta más a las niñas (21.2%) que a los niños (16.6%); mientras que con la obesidad la situación se invierte, pues afecta más a los niños (23.8%) que a las niñas (13.1%).
El verdadero problema
La Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades no Transmisibles, en un boletín correspondiente al segundo trimestre de 2022, si bien no analiza la diabetes tipo 2 en niños, reporta que un cierto número de casos de entre 15 y 19 años llegan al hospital debido a esta enfermedad. Pero ese no es el verdadero problema.
Una de las conclusiones preocupantes del estudio que se publica hoy en JAMA es que los esfuerzos intensivos para controlar el peso a través de los cambios en el estilo de vida parecen ser menos efectivos en los jóvenes que en los adultos, y por tanto también lo es el control de la resistencia a la insulina o prediabetes y la diabetes tipo 2.
Los autores del comentario editorial, Elvira Isganaitis y Lori Laffel, destacan que la diabetes tipo 2 en menores de edad “puede ser una enfermedad agresiva y potencialmente devastadora cuando inicia en la infancia”, por lo que, ante los crecientes niveles de obesidad y resistencia a la insulina en ese grupo de edad, debería ser una prioridad de salud pública detectarla en esta población.
“Por ahora -, concluyen los autores del comentario editorial-, mientras esperan más datos y pautas definitivas, los pediatras y los médicos de atención primaria pueden continuar enfatizando la importancia de estilos de vida saludables para los niños y sus familias“, y mantener la vigilancia de síntomas de hiperglicemia y de diabetes tipo 2 en los menores de edad.