Desde los orígenes de la agricultura, el desarrollo de la Humanidad ha competido con la biodiversidad, y actualmente está ganando de manera peligrosa para todas, incluyendo a la especie humana
Hoy, jueves 24 de octubre es el Día Mundial de Información sobre el Desarrollo, y es posible que en este momento, la información a nivel global que debemos conocer, porque compromete no sólo el desarrollo de la Humanidad sino de la vida en el planeta Tierra, es la que se está dando en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en la ciudad de Cali, en Colombia.
Quizá el enfrentamiento entre desarrollo y biodiversidad comenzó antes, pero es evidente que por lo menos desde los inicios de la agricultura (entre 10 y 12 mil años, dependiendo de la zona del globo) hasta ahora, el desarrollo de la humanidad ha ido quitándole espacios a la biodiversidad de manera cada vez más acelerada.
Esta situación se ha ido agravando y actualmente estamos en medio de la sexta extinción masiva de especies biológicas. Para que nos demos una idea de lo que esto significa, la quinta fue la que acabó con los dinosaurios. Sin embargo, la información al respecto, y sobre la amenaza que esto implica, es poco conocida. Recientemente, por ejemplo, un conteo detectó que se publica mucho más información sobre el cambio climático que sobre la pérdida de biodiversidad.
Además, con el cambio climático tenemos estos recordatorios constantes, no sólo de que está ocurriendo sino de las amenazas que esto implica. Por ejemplo, todos supimos de la sequía que amenazaba a México hasta que empezó la temporada de huracanes. Una vez que empieza esa temporada y con ella las lluvias, entonces las inundaciones y los huracanes que son más, más poderosos y que crecen más rápidamente que antes para recordarnos que el cambio climático ya está, que es una amenaza y que se va a poner peor.
Pero con la biodiversidad, que por cierto también se ve afectada por el cambio climático, por la contaminación del aire y del agua, por la pérdida de ecosistemas para dedicarlos a la agricultura o la construcción de infraestructura (como la del tren maya o la refinería de Dos Bocas que destruyó una zona de manglares), con la pérdida de biodiversidad no tenemos estos recordatorios tan claros de lo que está ocurriendo y de que va a empeorar en el futuro.
No sólo eso, sino que pareciera que el desarrollo, tan deseado para acabar con la pobreza y la desigualdad, implica necesariamente la construcción de infraestructuras y la generación de gases de efecto invernadero. Pero no es así, no sólo el desarrollo, nuestra vida depende de la biodiversidad. Para poner algunos ejemplos, los manglares ayudan a minimizar los daños de los huracanes, la limpieza del aire que respiramos y del agua que bebemos dependen de los bosques y gran parte de la agricultura depende de los insectos y murciélagos polinizadores.
Cómo preservar la biodiversidad
Por supuesto que no sólo es necesario dar a conocer las amenazas, sino sus posibles soluciones, que por cierto no están relacionados con los ciudadanos en los individual y comunitario sino con acciones de gobierno. El World Resources Institute (WRI) dio a conocer hace unos días las siguientes cinco medidas:
- Presentar planes nacionales de biodiversidad sólidos y equitativos
- Incorporar a la naturaleza en las políticas sobre alimentos y agua
- Proporcionar más financiamiento e incentivos para apoyar los objetivos de la naturaleza y biodiversidad
- Reconocer los derechos de las tierras y la autoridad de los pueblos indígenas y otras comunidades locales
- Medir y rastrear eficazmente el progreso hacia los objetivos globales.
El plan de México se presentará en la COP16 los próximos 29 y 39 de octubre y la encargada de hacerlo es la secretaría Alicia Bárcena, quien es una de las principales impulsoras del Acuerdo de Escazú, que une las normas de derechos humanos y las preocupaciones ambientales con un enfoque regional.